No sabes que lo son. Ni tan siquiera lo sospechas. Entran en tu vida de manera casual y no premeditada, ya sea en el trabajo, en la escuela, en esa asociación en la que participas…, tanto da. Incluso los consideras una amistad. Suelen ser personas afables, amistosas, a las que llegas a apreciar y de las que jamás sospecharías. Y cómo en la mayoría de las ocasiones desaparecen sin ser descubiertas, pasan por tu vida sin que acabes descubriéndolas. En realidad, me atrevería a decir incluso, que muchos de ellos no son conscientes de lo que realmente son, y mucho menos de lo que voluntaria o involuntariamente hacen a los demás. Sigue leyendo