El término “futurofobia” es un neologismo con que el autor, Héctor García Sánchez intenta describir el estado emocional de su generación producto de un desencanto por un no cumplimiento de unas expectativas. Si lo extrapolamos y generalizamos al resto de la población, la futurofobia se produce cuando aquello previsto no acontece y, en vez de reestructurar y actualizar nuevamente los objetivos en función de las nuevas circunstancias, nos empeñamos en perseverar en el mantenimiento de nuestros deseos. La futurofobia es negarse a aceptar que las cosas no son ni serán como lo habíamos planificado y preferir, en cambio, entrar en un estado de indefensión aprendida, de atribución causal y de que, el futuro, a partir de ahora, siempre será mucho más negro de lo que habíamos imaginado.