Archivo de la etiqueta: sociedad

Futurofobia

El término “futurofobia” es un neologismo con que el autor, Héctor García Sánchez intenta describir el estado emocional de su generación producto de un desencanto por un no cumplimiento de unas expectativas. Si lo extrapolamos y generalizamos al resto de la población, la futurofobia se produce cuando aquello previsto no acontece y, en vez de reestructurar y actualizar nuevamente los objetivos en función de las nuevas circunstancias, nos empeñamos en perseverar en el mantenimiento de nuestros deseos. La futurofobia es negarse a aceptar que las cosas no son ni serán como lo habíamos planificado y preferir, en cambio, entrar en un estado de indefensión aprendida, de atribución causal y de que, el futuro, a partir de ahora, siempre será mucho más negro de lo que habíamos imaginado.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Déjà vu emocional. Dèja vu existencial

Sabes que te has hecho viejo en el mismo momento en que te das cuenta de que tu vida se ha convertido en una especie de eterno día de la marmota. O quizás sea antes, es decir, que en realidad nuestra existencia no sea más que eso: un eterno bucle que se repite con independencia del número de arrugas y canas que vayan apareciendo.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Amor 2.0

Tendemos a pensar en la emoción del amor confundiéndola con el enamoramiento. Hollywood y el cine, seguramente, tienen bastante culpa. Sin embargo, la emoción del amor va mucho más allá. No solamente incluye el amor paterno o materno-filial, la amistad, etc., también los momentos de felicidad compartidos de manera espontánea, y sin buscarlo, con personas desconocidas. ¿Se puede considerar amaro una interacción en la que se comparte un momento “especial”? De hecho, son bastantes las investigaciones que así parecen indicarlo.  A mí tampoco me extraña. Si tenemos en cuenta que el amor es absoluto presente, y que está directamente relacionado con un sinfín de sensaciones corporales que únicamente se dan en ese instante preciso, en función a determinadas acciones para con y los demás, tampoco debería sorprendernos. Además, teniendo en cuenta la sociedad actual, donde la tecnología, la lista interminable de cosas pendientes que casi nunca podemos llegar a completar, la manera de comunicarnos cada vez más supeditada a las redes sociales y, por tanto, la dificultad cada vez mayor para contactar con los demás (piel a piel),… resulta sencillo explicar por qué cada vez existen más personas que buscan amor y menos las que lo encuentran.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Antagonistas del amor

La mayoría de emociones aceptan la presencia (a veces incluso la necesitan) de otras emociones que las completen o les de ese matiz tan característico y especial que las hace únicas y que incluso acaba por configurarlas. Por ejemplo, podemos sentir miedo e ira, o vergüenza, o culpa al mismo tiempo. Son parejas de baile que se complementan, que marcan un paso siguiendo un determinado ritmo que de otra forma resultaría imposible. De hecho, si le echamos un vistazo a la rueda de las emociones de Plutchik, comprobaremos como las emociones primarias se mezclan con las secundarias dando lugar a unas de nuevas.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

«Depresión de éxito»

Aunque la depresión sea una de las enfermedades mentales más frecuentes en nuestra sociedad, existe un tipo, la que conlleva el éxito, que es tan desconocida que, al apenas hablar de ella, acabamos convirtiéndola en más peligrosa que aquella otra de la que todos sabemos. Asociamos “depresión” siempre con fracaso, con un estado bajo de ánimo, con la tristeza extrema que comporta sentirse una mierda, con no poseer autoestima ni el mínimo atisbo de orgullo hacia uno mismo. La depresión modifica no sólo nuestra manera de comportarnos, también nuestros pensamientos, volviéndolos tan autolesivos que, en muchísimas ocasiones, acaba conduciendo a la persona que los tiene a desear suicidarse.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Amargado (estar)

Amargo, dícese de algo de sabor desagradable y que tiene como objetivo impedir envenenamientos. Aplicado a un estado de ánimo de las personas vendría a ser cuando alguien siente con intensa frustración (e independientemente de que sea cierto o simple subjetividad) que su vida está siendo envenenada por alguien o algo (incluido él o ella misma). Porque si un componente es clave, este no es otro que la frustración. Sin ella el sabor, posiblemente, sería igual de desagradable pero, quizás, no tan insufrible y molesto. De hecho resulta imprescindible, necesitamos imperiosamente, sentir que nuestras esperanzas se marchitan para poder decir con cierta autoridad eso de que «estamos amargados».

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Catorce tipos de miedo

El miedo es una emoción primaria (teóricamente pura, sin que participen otros sentimientos en su constitución), de ahí que mezclada con otras emociones (sean estas primarias también, secundarias o terciarias) pueda dar lugar a diferentes tipos diferentes de “miedo”. En realidad, podríamos decir veinte, o incluso treinta, porque, como veremos a continuación, si ponemos la lupa, rápidamente veremos que no siempre resultará sencillo establecer una diferenciación clara e, incluso, coincidir con que se pueda denominar miedo a la emoción o sentimiento resultante. Echemos un vistazo y que cada cual decida según su experiencia…

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Emociones morales

Podemos definir las emociones morales como el resultado, medido en cuanto a bienestar o malestar, que sentimos tras “juzgar” las repercusiones que tiene una conducta (propia o ajena) tanto en nosotros como en los demás, en función de unos determinados preceptos marcados por las normas de la cultura y la sociedad a la que pertenecemos. Aceptar lo anterior supone asumir, por tanto, que será mediante las emociones como seremos capaces de interiorizar (hacerlas “de nuestra carne”) las normas culturales y sociales, o lo que es lo mismo “la somatización de la ética”. Lo cual, convierte a la cultura en el elemento principal que determinará cuáles serán nuestros sentimientos en relación a una determinada conducta, siendo, en consecuencia, las emociones morales las responsables de marcar los límites éticos de una persona (y, por supuesto, de la sociedad en la que vive).

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

The Moral Psychology of Disgust

La gran mayoría de expertos coinciden que la emoción del asco surgió como respuesta adaptativa que nos permitía a los seres humanos poder evitar el contacto físico con posibles venenos, parásitos y patógenos que pusiesen en riesgo nuestra integridad. Sin embargo, existe multitud de investigaciones que muestran que la experiencia del asco y, en consecuencia, la conducta de evitación hacia la posible contaminación, no surge desde el primer momento, sino que lo va haciendo paulatinamente. Está más que demostrado que los bebes, hasta más o menos la mitad de la infancia, no muestran señales de sentir asco. De hecho, es la curiosidad la que parece primar, y las que los lleva a tender a tocarlo todo, a llevarse a la boca (principal órgano sensorial en los primeros años de vida) cualquier cosa novedosa que encuentran, para examinarla y entenderla, lo que, evidentemente, pone en gran riesgo su salud.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Asco Social

Casi todos los expertos parecen coincidir en que el asco es una emoción que surge como respuesta defensiva a todos aquellos patógenos que puedan poner en riesgo nuestra integridad o supervivencia. Es la manera que tenemos de poner distancia, de evitar entrar en contacto con contaminantes o venenos, comer o beber alimentos en mal estado, respirar aire contaminado, etc. Todos establecemos una “realidad” cuyas reglas debemos seguir no sólo nosotros, también todo aquello que nos rodea. Necesitamos que se garantice que cualquier cambio no representará un peligro o amenaza. Nuestro cerebro está configurado para establecer regularidades, fórmulas de homeostasis, que nos digan que estamos seguros, que todo continúa yendo bien.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,