Archivo de la etiqueta: pensamientos

Resentimiento

Hace un par de entradas, al hablar de la “resentisadisfacción” salió a colación la emoción del resentimiento, lo cual me llevó a reflexionar sobre su funcionamiento. Si la observamos, es esta una emoción compleja, combinación de ira y amargura en forma de pensamientos negativos hacia alguien, produce un sentimiento muy especial, difícil de explicar con palabras pero que, desagradecidamente todos en alguna que otra ocasión hemos sentido. Si pensamos en la ira, emoción que impele a actuar, y la comparamos con el resentimiento, donde la acción es de carácter más interno, empezamos a comprender lo absurda que es esta emoción adaptativamente hablando. Entiendo que su existencia se debe a la necesidad que todos tenemos de recordar cuando alguien nos ha perjudicado, de guardar ese recuerdo utilizándolo como un mecanismo de defensa de cara al futuro. El resentimiento no solo nos recuerda que debemos tener cuidado la próxima vez que nos relacionemos con esa persona, si no que también, gracias a la participación de la ira, nos lleva a experimentar un deseo de venganza o represalia, de actuar para hacerle saber a esa persona lo que le espera si vuelve a hacer algo similar nuevamente.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Asco, desdén, morbo

El asco es una emoción primaria, de las importantes, la cual, quizás debido a su carácter altamente sensorial (está relacionada de una manera u otra con cada uno de los cinco sentidos), ha acabado convertida en una emoción social. A pesar de no tener mucho que ver con el orgullo, la culpa o la vergüenza, el asco ha asumido funciones de regulador social, determinando en muchas más ocasiones de las que nos gustaría aceptar la manera que tenemos de relacionarnos con los demás.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Cerebro y silencio

El silencio es como un unicornio. Todo el mundo habla de él pero nadie ha podido verlo. En este caso oírlo. El silencio como tal, es decir, la ausencia de ruido, no existe. Incluso en el espacio o en una cámara anecoica, escucharemos el sonido que nuestro cuerpo hace. Cualquiera que haya tenido la posibilidad de experimentar lo que sucede en una, lo ha vivido. Además, nuestro cerebro no está preparado para la ausencia de ruido. Necesita del sonido para poder funcionar correctamente y, en caso contrario, empieza a quejarse provocándonos cierto malestar y desorientación, que acaba, en caso de continuar, por crear incluso desorientación en forma de alucinaciones más o menos intensas. Lo primero que hace nuestro cerebro cuando se ve privado de sonido es crear el suyo propio. Al principio mediante acúfenos. Después en forma incluso de dolor. Y es que el sonido es para el cerebro como la luz. Le disgusta de igual manera quedarse eternamente a oscuras, como en silencio. Está diseñado para analizar estímulos. Si no los tiene, de una manera u otra se los inventa.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

¿Control emocional?

Si sueles leer este blog, habrás observado que no me gusta demasiado utilizar los términos “control” y “emocional” en la misma frase. Creo que hablar de control emocional es como hacerse trampas al solitario. No podemos controlar aquello que no está en nuestra mano poder hacerlo, y las emociones son algo que nos sobrepasa a nivel cognitivo: por mucho que nos empeñemos en intentar no sentir de una determinada manera, resulta más que difícil poder lograrlo. Generalmente, y a pesar de la dificultad que ello implica, prefiero hablar de “gestión de las emociones”. Ser conscientes del estado emocional en que nos encontramos ayuda, al menos, a saber (a tener una pista) de los motivos por los cuales tomamos determinadas decisiones o reaccionamos de una manera concreta. Lo cual no quita que seamos  capaces siempre de cambiar una reacción emocional. El miedo, la tristeza o la ira (por citar las más conocidas) únicamente se evitan cambiando el foco de atención, lo cual, como todos sabemos, no siempre es posible llevarlo a cabo. Basta con intentar no pensar en algo para que lo único que hagamos sea pensar en ello.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

¿Optimistas?

A estas alturas de la película, estoy convencido, de que todos somos conscientes que el objetivo, el motivo principal de la existencia de las emociones, es el de servir de sistema de alerta. Las emociones nos avisan de los cambios mediante alteraciones químicas (hormonas, principalmente) que afectan a nuestro sistema cognitivo y a nuestra fisiología condicionando no solamente nuestras conductas, sino que también nuestros pensamientos.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Amplificadores emocionales

Generalmente, pensamos en las emociones como algo estable y continuo que tiene lugar siempre de la misma manera. Sucede la situación “A”, tenemos el pensamiento “P”, realizamos la conducta “C”, y et voilà, la emoción acontece. Pero, en realidad, sabemos que el proceso no es verdaderamente así. Todos somos conscientes que, en determinadas situaciones, estados, e incluso con personas concretas, su presencia puede actuar de amplificador de las emociones que sentimos (también de amortiguador). Todos nosotros hemos tenido la desgracia de vivir situaciones donde, por haber tenido un día complicado en el trabajo, porque las cosas no se han dado como esperábamos o, simplemente, porque nos vemos obligados a consentir un determinado escenario indeseado, la cosa se nos escapa y nos dejamos llevar. La culpa posterior suele ser un buen indicador de dichas situaciones. ¿Es posible impedir que ocurran? ¿Podemos ser capaces de gestionar nuestras emociones para que éstas no nos gestionen a nosotros? En teoría, sí. En la práctica… la cosa no está tan clara, ni es tan sencillo.

Sigue leyendo

Etiquetado , , ,

Malditas expectativas

03.Malditas-ExpectativasTodo suele empezar un día cualquiera, uno de esos en que poco importa si hace sol o está nublado. De repente no sabes el motivo, pero las cosas comienzan a suceder más rápido de lo que es habitual. Los acontecimientos se van amontonando pugnando por ser los primeros en acontecer. Lo que hasta ese instante había ido sucediendo de forma ordenada: ahora uno, después el otro, más tarde el siguiente, y así un largo etcétera, hoy, por la razón que sea, algo o alguien ha decido que se daría todo a la vez, que el presunto orden normal de las cosas se había terminado y los problemas avanzan a codazos. Y tú estás ahí, con la sensación que vas barranco abajo, pero ciego, incapaz de ver como todo empieza a acontecer y por tanto sin poder hacer nada por evitarlo. Se te viene encima o, según como se mire, vas cuesta abajo. Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

La paradoja del tiempo

Zimbardo & Boyd. La paradoja del tiempoImagina que hacemos una tabla con tres columnas: una para el pasado, otra para el presente y una última para el futuro, y probamos de repartir las distintas emociones en cada una de las columnas. Hacerlo nos ayudará bastante a determinar como dichas emociones condicionan y a la vez son condicionadas por la manera como percibimos el tiempo. De hecho, según sea nuestra actitud en relación a nuestro pasado, como lo sentimos y que emoción lo colorea, podemos claramente determinar que emoción guía nuestros pasos en el presente y la manera cómo percibiremos el paso del tiempo. Una actitud positiva hacia el pasado está asociada a una mayor felicidad y a una salud mejor y viceversa. Sigue leyendo

Etiquetado ,

Sorpresa

22.SorpresaLa sorpresa es la única emoción que podríamos considerar como “neutra”. Eso es así porque a priori es una emoción que no tiene valencia positiva o negativa ya que no genera por sí misma bienestar o malestar. De todas maneras, en ocasiones su aparición si puede ocasionarnos cierta incomodidad o displacer al obligarnos a tener que salir de nuestra zona de confort. Sin olvidar, que siempre, después de la sorpresa y una vez entendido lo que está ocurriendo, suelen aparecer emociones como el miedo, la ira, la alegría, entre otras, que sí que tienen carga positiva o negativa, siendo también la misión de la sorpresa amplificarlas. Sigue leyendo

Etiquetado , , , ,

Autoestima. Nuestro jardín del Edén

17.JardinImagina tu autoestima como un jardín donde solamente crecen tres tipos de plantas y donde es muy importante mantener cierto equilibrio entre ellas. A las primeras las llamaremos “emociones” y de ellas sabemos que brotan continuamente, pero que cuando las vas a regar ya no están, dejándote sólo su fragancia, unas veces dulce y embriagadora, otras amargamente fétida y plúmbea. De ellas dependerá en gran medida que el jardín sea más o menos bonito, ya que serán las que determinarán como serán las otras dos, las que obligarán al jardinero o jardinera a moverse, a favorecer aquellas que producen flores con los colores más hermosos. Sigue leyendo

Etiquetado , , , ,