Archivo de la etiqueta: culpa

Automatismos…

Que determinados automatismos, rutinas, son para la mayoría de nosotros una bendición, no tengo dudas. Como tampoco que en ocasiones acaban siendo un pequeño gran “dolor de muelas”, a partir de cierta edad o en determinadas formas de ser, tampoco. Un ejemplo de ello es todas esas “perdidas” que, de tanto en tanto, a muchos de nosotros nos sobrevienen. Y pongo entrecomillado el verbo perder porque, en realidad, más que de pérdida, debería hablar de olvido. Esta semana, por ejemplo, estaba en el gimnasio y, de pronto, escucho como uno de los usuarios habituales, de esos que uno, de tanto coincidir día tras día, ha terminado por establecer ciertos vínculos de familiaridad, exclama un “¡así que estabais aquí!” mientras me muestra con alborozo un manojo de llaves. “Llevaba varios días buscándolas”, me dice con alegría. “Sabía que no las había podido perder, pero no dónde las había puesto”.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Pena.

Sentimos pena cuando tomamos conciencia de que lo que hubo o tuvimos pasó y no volverá. En ese preciso instante. Ni mañana, ni ayer, ni pasado mañana. La pena es una emoción del ahora. De este preciso momento. Instantánea. Nos da pena que las cosas finalicen, aunque hayamos pasado (y sigamos haciéndolo) los últimos tiempos deseando que llegase el día en que acabasen. Saber que lo que hemos vivido, tenido, sentido, o lo que sea que haya sido, ya no se podrá volver a repetir nos produce cierto malestar, el cual es más o menos profundo en función del “valor” sentimental que otorguemos a aquello que se ha terminado.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Blame: Its Nature and Norms

La culpa y el culpar parecen conceptos idénticos cuando en realidad no lo son tanto. Existen importantes diferencias entre culpar, sentirse culpable y ser culpable. Aunque todo, en principio, provenga del mismo origen, la culpa, estos tres conceptos son en muchos aspectos completamente distintos.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Ira, alivio y culpa

Resulta sencillo, al menos para mí, caer preso en la trampa de la ira. Basta con estar algo cansado y que las expectativas no se den para que… El otro día fue un buen ejemplo. Después de un mes peleándome en distintos escenarios con la terrible burocracia que nos rodean en este país, convencido de que por fin había logrado dejarla atrás, me topé con una prueba de la que solamente pude salir sacando todo mi mal genio.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , , ,

Miedo a perder

Los seres humanos estamos especialmente “programados” para que no aceptar la pérdida. El problema reside en que hemos convertido algo que en su principio era vital para nuestra supervivencia en una disfuncionalidad. Quizás el motivo resida en que nos molesta perder incluso cuando lo hacemos antes de haber tenido aquello que perdemos. No importa si la pérdida es real o imaginada. De hecho, la mera posibilidad (fantasía) de conseguir alguna cosa nos lleva al sentimiento de pérdida cuando finalmente no se consuma. Poco importan las probabilidades reales que teníamos de lograrlo (aunque a mayor convencimiento, también mayor es el malestar que sentimos), la pérdida de un presunto beneficio siempre acaba transformada en pérdida. De hecho, existen emociones que se han conformado a partir del miedo a perder como por ejemplo la vergüenza (miedo a perder frente a los demás esa imagen que pensamos que tienen de nosotros, aunque, en realidad, no sea así), la culpa (miedo de las consecuencias que comporta haber cometido un determinado error), los celos (miedo a perder, o quizás sería más correcto decir a que alguien nos arrebate, el amor de alguien a quien nosotros amamos).

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

La trampa

Todo suele empezar un día como otro cualquiera. No importa si fue soleado, nublado o llovió porque, aunque hubiese hecho el peor de los tiempos, tampoco lo recordaríamos el día que todo termina. Quizás sea  eso lo que lo convierte en intrascendente. No lo sé. Lo cierto es que, en general, no solemos tener conciencia del momento preciso en que todo se inicia. Simplemente, algo minúsculo e intrascendente provoca el primer y leve cambio. Todo iba desarrollándose con normalidad, como siempre había sido y, de repente, la bola de nieve empieza a rodar y rodar. Minúscula al principio, la mayoría de las veces gigantesca al finalizar.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Soledad del líder

El liderazgo es una de las múltiples maneras en que podemos dividir a las personas. Bueno, en realidad todo es susceptible de ser dual, pero si nos ceñimos exclusivamente a la cuestión del liderazgo, veremos que por un lado están aquellas personas a quienes no les gusta liderar, que prefieren que las decisiones las tomen otros aun a riesgo de que en ocasiones no les quede otra que obedecer órdenes indeseadas, y los que, con independencia del grupo y la situación, tienden a llevar las riendas y decidir por los demás aunque buscando su bienestar. Personalmente, no me cuesta en absoluto entender a los primeros.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

Optimismo y perdón

En general, por lo que parece ser, las personas optimistas perdonan con más facilidad que las pesimistas. He de confesar que tampoco es algo que me sorprenda. De hecho, basta con pararse a pesar sobre la relación entre optimismo y perdón, y rápidamente vemos que existen diversas razones que ayuda a explicarla. Una podría ser que, guardar rencor, mantener viva emocionalmente la ofensa sufrida, en realidad no es más que un mecanismo de defensa que utilizamos para decirnos a nosotros mismos que ha sido el otro quien ha obrado mal, que no somos los culpables y, en consecuencia, liberarnos del peso de la culpa y de la rémora que comporta tener que arrastrar una baja autoestima. No tener la posibilidad de pasar el tiempo lamentándonos de lo que pasó, aunque impide que acontezcan los “beneficios” que ofrece permanecer relamiéndose en la autocompasión, ayuda a superar. Porque, está demostrado que, si nos liberamos de las consecuencias emocionales de una determinada situación “problemática” pasada, instantáneamente no sólo nos resulta más sencillo perdonarnos a nosotros mismos, sino que además acaba siendo más fácil también enfocar nuestros esfuerzos en el presente y poder así construir un futuro más satisfactorio. Lo cual, en realidad, suele ser la manera de proceder más habitual de las personas optimistas. Resulta más sencillo perdonar si no necesitamos tener que estar continuamente buscando una justificación que nos ayude a explicar un posible sentimiento de insatisfacción casi continuo.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

La sabiduría de los psicópatas

Generalmente, cuando pensamos en cómo un psicópata es, lo vemos como un ser despiadado y carente de emociones. Estamos convencidos de que en los psicópatas (su principal problema, el que los convierte en seres incapaces de adaptarse socialmente), es su imposibilidad en cuanto a sentir compasión. Sin embargo, dicha visión es completamente equivocada. Tendemos a creer que todo el mundo empatiza, que todos somos capaces de sentir de igual manera y, por consiguiente, que lo acabamos haciendo. Cuando, en realidad, todos sentimos diferente pero, a diferencia quizás de lo que sucede con los psicópatas, la mayoría acabamos acompasando nuestros sentimientos a los de nuestro grupo de referencia para así adaptarnos mucho mejor a él. Necesitamos creer que todas aquellas personas cercanas a nosotros sienten como nosotros, de lo contrario el poder compartir, socializar, confiar, resultaría imposible. Ese es nuestro error cuando evaluamos la manera de funcionar emocionalmente de un psicópata: creer al mismo tiempo que siente diferente y que no siente.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,

Castigo

Siempre he pensado que el castigo nació inmediatamente después de la conformación de una comunidad. En realidad, segundos después de que algún miembro de dicha comunidad infringiese cualquiera de las normas autoimpuestas. Sin embargo, últimamente, y después de reflexionar bastante sobre el tema, no lo tengo tan claro. Me explico. Generalmente, cuando hablamos de castigo, lo hacemos sobre el castigo o la pena que nos viene impuesta desde fuera. Es decir, cuando es nuestro propio grupo social de referencia quien nos la impone, sea aplicando leyes o normas escritas o no escritas (muchas veces, son éstas últimas las que acaban produciendo un mayor efecto en quienes no las han cumplido). Pero, ¿qué sucede cuando el castigo nos viene impuesto por nosotros mismos? ¿Qué pasa si el castigo es interno?

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , , ,