La esperanza es ese sentimiento de que pase lo que pase el mañana siempre nos será favorable. Esto hace que sea una emoción estrechamente conectada con aspectos tan importantes para nuestra salud y bienestar emocional como lo son la fe y el amor. Necesitamos tener fe. En los momentos difíciles, en esos en los que no parece haber salida posible, en los que no sabemos qué hacer para revertir lo que nos sucede, en los cuales sentimos que no poseemos las herramientas necesarias para sobrevivir, en todos estos, tener fe, poco importa en qué, resulta fundamental para no caer definitivamente en el abismo del miedo eterno. Y, de la misma manera, queramos aceptarlo o no, todos sabemos perfectamente también que sin amor solamente queda el vacío. Y que en el vacío no existe posibilidad. Ninguna. Cero.