Anticipación

27.AnticipacionResulta más que curioso que la entrada del diccionario que mejor describe la emoción de la anticipación es un sinónimo: “prever”, es decir “ver con anticipación”, o lo que es casi lo mismo, ser capaz de conjeturar a partir de determinadas señales o indicios lo que ha de suceder. Anticipar es algo que continuamente realizamos. Necesitamos estar continuamente previendo aquello que sucederá, haciendo apuestas a si será así o de otra manera: nuestra supervivencia está en juego de no hacerlo. De hecho, Richard A. Andersen, del California Institute of Technology (Caltech), va un paso más allá: afirma que no son nuestros sentidos los que nos informan para que reaccionemos de manera inmediata ante un estímulo, sino que es nuestro cerebro el que se anticipa para que nuestras extremidades puedan actuar en tiempo y forma, lo que significa que “todo lo que sentimos o notamos en el presente, cuando nuestro cerebro lo registra, pertenece ya al pasado”.

La anticipación es otra de las emociones primarias que no está en nuestra lista de las principales y que sin embargo resulta vital: sin ella sería imposible la exploración y el interés, en definitiva, los cimientos que permiten el desarrollo perceptual de la persona. Desde la primera infancia, la curiosidad, el interés por las cosas que suceden fuera de nosotros nos permite focalizar nuestra atención en los diferentes estímulos que tienen lugar. Es mediante la exploración, mediante la observación continuada de nuestro entorno, como aprendemos a relacionarnos con todo aquello que nos rodea.

Continuamente buscamos respuestas, herramientas, maneras con las que poder hacer frente no sólo a lo que existe fuera (sea amenazante o no), sino también a los posibles conflictos emocionales que tienen lugar en nuestro interior. Necesitamos prever lo que puede ocurrir ya que de lo contrario nos sentiremos indefensos, a merced de los acontecimientos, sin control.

Es evidente la importancia de la anticipación en la aparición de otras emociones secundarias como la ansiedad: es decir, a anticipar posibles respuestas a hipotéticas amenazas que pueden o no darse finalmente. Prever es adaptativo. Estar continuamente previendo, hipotecando nuestra normalidad en base a futuras amenazas imaginarias, acaba siendo totalmente disfuncional para las personas. En realidad, como buena emoción, todos los pensamientos que genera acaban siendo activadores de la conducta con independencia de si están basados en acontecimientos reales o imaginarios. Tanto da, como bien sabemos, la realidad es una construcción de nuestro cerebro que no siempre tiene en cuenta si se basa en certezas o no.

La anticipación, como en realidad lo que hace es prever cuan es la posibilidad de sentir dolor o placer, también es la base del pensamiento pesimista versus optimista. La manera como tenemos de prever como será nuestro futuro, configurará nuestra personalidad haciéndonos más o menos arriesgados, dotándonos o quitándonos posibles herramientas de investigación, ayudándonos en el proceso de aventurarnos a hacia aquello novedoso o en cambio, a refugiarnos en lo seguro, en todo aquello que conocemos y que sabemos no representa ningún riesgo aunque a cambio de tamaña seguridad dejemos de experimentar nuevos placeres. Y es que para muchas personas, en función de cómo haya sido su proceso de aprendizaje y las experiencias vividas en tanto en cuando éste se deba, el placer está en lo conocido no en la novedad, siendo esta la razón por la que evitan todo aquello desconocido.

Etiquetado , , , , , ,

2 pensamientos en “Anticipación

  1. girl dice:

    Very nice post. I certainly appreciate this website. Continue the good
    work!

    Me gusta

Deja un comentario