Las emociones de fondo son las grandes olvidadas. Pocas veces solemos caer en la cuenta, ya no de su importancia, sino también de su existencia. Cuando hablamos sobre emociones, solemos hacerlo de emociones primarias (miedo, alegría, tristeza, ira, etc.), o incluso de las emociones secundarias, ya sean éstas de carácter social o estético. A la mayoría de nosotros nos impresiona la potencia del miedo, como con su mera presencia la mayoría de nosotros cambiamos nuestro proceder habitual por ese otro que éste impone. Por no hablar de la ira, y sus consecuencias a corto plazo. La dificultad que todos tenemos de lograr controlarla. Sigue leyendo