Archivo de la etiqueta: redes sociales

FOMO

El término FOMO surge del acrónimo en inglés del concepto “Fear Of Missing Out”, que en castellano significa: «miedo a perderse algo», aunque, en realidad, más que de miedo, deberíamos de hablar de angustia o ansiedad producida por perderse un determinado acontecimiento. De todas maneras, resulta más que curioso (y dice mucho de nuestra sociedad actual) que, a diferencia de nuestros ancestros, los cuales desarrollaron emociones como el miedo (a ser devorados por un león, o cualquier otro depredador), asco (por comer algo que pueda envenenarnos o tener contacto con alguna cosa que pueda “contaminarnos”), es decir, se ha pasado de emociones que servían para ponernos a salvo de posibles peligros, a desarrollar otras (¿síndromes?) simplemente por querer estar (como Dios) en todas partes y en todo momento.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , , ,

El cerebro y la inteligencia emocional

Estamos tan acostumbrados a escucharnos a nosotros mismos, a nuestros pensamientos, que hemos llegado a confundir éstos con nuestro sistema de toma de decisiones. Nos vemos a nosotros mismos, a esa voz interior que todo parece guiarlo, disponiendo, ordenando, persuadiéndonos para que llevemos a cabo una determinada acción o conducta. Lo cual, irremediablemente, lleva a pensar que es dicha “voz” la que tiene todo el poder. Nos decimos a nosotros mismos que, si somos capaces de convencerla, podremos cambiar determinadas conductas. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que eso casi nunca funciona. ¿Quién no se ha encontrado a sí mismo diciéndose “si no quieres seguir engordando no debes comer pasteles”, y ha acabado irremediablemente abriendo la nevera y sirviéndose un buen trozo? Pensamos que mediante el lenguaje (y por ende los pensamientos) podemos gestionar nuestras emociones, y eso no es para nada cierto. Solamente aplicando sentimientos a los pensamientos podemos llegar a lograrlo, y ésta suele ser una tarea ardua y compleja, imposible de llevar a cabo en un corto periodo de tiempo. De aquí, posiblemente, los repetidos fracasos en cuanto a la propia gestión emocional. No son las palabras las que determinan nuestros propósitos vitales, sino nuestras vísceras, es decir, todo aquello que nos produce un sentimiento. Primero sentimos, después verbalizamos, y por mucho que nos empeñemos en pensar que debemos hacer algo (o no hacerlo), si nuestros sentimientos no se corresponden a dichos pensamientos, generalmente acabaremos haciendo lo contrario a lo que pensamos.

Sigue leyendo

Etiquetado , , , , ,