La admiración es una emoción que nace de la posibilidad que tenemos, por el mero hecho de ser seres humanos, de sentir empatía hacía los demás. Es la imagen en el espejo en que desearíamos convertirnos, esa esperanza de mejora que implica cualquier proceso de construcción y que nos permite crecer, o como mínimo sentir lo que no estamos realizando tal y como nuestros propios ideales nos indican. Mezcla de asombro y sorpresa, en muchas ocasiones acaba transformada en impulso vital que nos lanza hacia una determinada meta. Pero que, sin embargo, en otras muchas no tiene por qué implicar emulación.